20 de marzo de 2008

Fortalecer a Pemex es fortalecer a México

Orgullo, preocupación y esperanza

Intervención de Jesús Reyes Heroles G.G., Director General de Petróleos Mexicanos, con motivo del 70 Aniversario de la Expropiación Petrolera, en Dos Bocas, Tabasco, el 18 de marzo de 2008.

Hoy conmemoramos que hace 70 años el Presidente de México, Lázaro Cárdenas del Río, tomó una decisión histórica, que sigue definiendo los parámetros básicos para la explotación de la riqueza de hidrocarburos de México. A partir de entonces varias generaciones de mexicanos construyeron Petróleos Mexicanos (Pemex), una de las principales empresas petroleras del mundo, que en 2000 llegó a ser la 5ª empresa petrolera integrada y que en 2007 fue la 11ª. El prestigio internacional de Pemex es merecido y de amplio reconocimiento.

Sin embargo, en 2004 la producción total de hidrocarburos alcanzó su máximo; a partir de entonces quedó estancada en volumen. Además, se observan otras tendencias hacia el deterioro, entre las que sobresalen la disminución de las reservas probadas, la menor producción de crudo, las crecientes importaciones de gasolinas, así como las pérdidas en refinación y petroquímica.

En paralelo, Pemex fue, y sigue siendo, sujeto a más y más regulaciones, propias de las entidades públicas en México, pero inadecuadas para una empresa petrolera nacional en el mundo contemporáneo. El modelo de regulación y gestión resultante es totalmente obsoleto.

Por eso Petróleos Mexicanos vive una situación por demás difícil, que le plantea una encrucijada: seguir sujeto a ese cúmulo de reglas, controles burocráticos y limitaciones a su operación, que lo condenaría a un deterioro operativo y financiero ininterrumpido; o, luchar para que se elimine esa camisa de fuerza que inhibe su crecimiento, a fin de que el país deje de seguir perdiendo valiosas oportunidades.

Por eso, quienes realmente deseamos un Pemex fuerte, para beneficio de México, debemos promover una revisión de su situación sin ambages e impulsar cambios que le permitan modernizarse. Sólo así la empresa podrá resolver con éxito los nuevos retos que le plantean el México de hoy, el entorno actual de los mercados petroleros internacionales, y el futuro de ambos.

Durante 70 años Petróleos Mexicanos ha sido la empresa pública emblemática de México, la más grande, la que más aporta al erario público, pilar de la balanza de pagos del país, y motor para la planta productiva nacional. De ahí que la mayoría de los mexicanos reconozcan la necesidad y urgencia de realizar diversos cambios para fortalecer a Pemex, su empresa petrolera nacional.

Por lo anterior, hoy conmemoramos esta fecha con orgullo y a la vez con preocupación, pero también con esperanza. Orgullo por lo que se ha avanzado, preocupación por los rezagos acumulados y por los retos en lo que falta por andar, y esperanza por el respaldo de los mexicanos para renovar y fortalecer a Pemex, bajo el liderazgo del Presidente Felipe Calderón.

Desempeño de Pemex durante 2007

Resumo los principales resultados operativos de Petróleos Mexicanos durante 2007.

Produjo tres millones ochenta y dos mil barriles de crudo por día, 5.3% menos que en 2006. Esto representa una disminución de 8.8% respecto al máximo alcanzado en 2004. En materia de gas natural produjo 6,058 millones de pies cúbicos diarios, 13% más que en 2006 y récord histórico. Sin embargo, las importaciones de gas natural representaron 22.9% del consumo final.

Como resultado, la producción total de hidrocarburos, crudo más gas, permaneció estancada en aproximadamente 4.4 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, volumen que no se ha logrado superar desde 2004.

La tasa global de restitución de hidrocarburos alcanzó 50.3% para las reservas probadas 1P, tasa superior a la de 2006 (41%), pero insatisfactoria respecto al objetivo de más de 100%. En lo que se refiere a las reservas posibles (3P), su tasa de restitución aumentó de 59.7% en 2006 a 65.7% en 2007.

La relación reservas probadas a producción de crudo alcanzó 9.2 años durante 2007, una disminución de 0.4 años respecto a 2006; en gas fue 8.2, en comparación con 9.7 años.

El generoso campo Cantarell continuó su declinación conforme lo previsto; en 2007 produjo un millón 496 mil barriles diarios, 17% menos que el año anterior.

Informo que al 1° de enero de 2008 las reservas probadas de hidrocarburos (1P) sumaron 14,700 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, 5.1% inferiores a las de 2006.

En 2007 el Sistema Nacional de Refinación (SNR) procesó un millón 270 mil barriles por día, prácticamente lo mismo que desde 1992. En consecuencia, se importaron gasolinas equivalentes a 40.3% del consumo total, que crece con gran rapidez, lo que representó una sangría de divisas por 10,160 millones de dólares.

Durante 2007 se produjeron 9,884 millones de toneladas de petroquímicos, 7.8% más que un año antes.

El año pasado Pemex vendió 1,134 miles de millones de pesos, lo que implicó que pagara 676.3 mil millones de pesos de impuestos y derechos, 59.6% de sus ventas totales.

Durante 2007 la administración de la deuda de Pemex permitió reducir en 89,800 millones de pesos su saldo, de 590,700 a 500,900 millones; casi la totalidad corresponde a endeudamiento vía Pidiregas.

Además, en 2007 los pasivos laborales aumentaron en 56,528 millones de pesos, para alcanzar un total de 528,193 millones, esto es, un crecimiento de 12%, por demás acelerado.

En julio de 2007 se concluyó la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo. En un ambiente de cordialidad y respeto mutuo, sin emplazamiento a huelga, el STPRM y Pemex acordaron cambios que, en lo económico, estuvieron alineados con revisiones previas, y en lo laboral abrieron nuevos espacios para un mejor aprovechamiento de los recursos humanos de Petróleos Mexicanos. Como en toda negociación ambas partes se quedaron con asuntos pendientes. Sin embargo, reconozco la disposición al diálogo y el liderazgo firme de Carlos Romero Deschamps durante esa revisión, con la convicción de que continuará al resolver los nuevos retos que enfrenta la empresa.

Si bien en 2007 mejoraron los índices globales de seguridad en el trabajo, el resultado fue claramente insatisfactorio, debido a varios accidentes fatales. De éstos destaca la colisión de la plataforma Usumacinta, cuando perdieron la vida seis trabajadores de Pemex y 16 de empresas contratadas por el organismo. Esta situación causó un gran luto y entristece a la familia petrolera. Se están tomando medidas para que tipo de tragedias no vuelvan a ocurrir.

En materia ambiental se redoblaron los esfuerzos para mitigar las emisiones al aire, al agua y las afectaciones de suelos. Sin embargo, los retrasos en algunos proyectos contribuyeron a generar un repunte de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Pemex Refinación arrojó pérdidas antes de impuestos por 41,900 millones de pesos, en comparación con 34,900 mp en 2006. Este aumento refleja el deterioro de los diferenciales entre los precios del crudo y de los petrolíferos, deficiencias estructurales por la configuración de sus plantas, que todavía generan demasiados productos de bajo valor agregado, y otras ineficiencias vinculadas con rigideces laborales y administrativas.

Por su parte, en 2007 Pemex Petroquímica arrojó pérdidas antes de impuestos por 14,500 millones de pesos, en comparación con 19,000 millones de pesos en 2006. Esto respondió al inicio del nuevo ciclo petroquímico, a la obsolescencia de su planta productiva, y a restricciones administrativas que le impiden adecuar sus plantillas de personal con mayor velocidad.

Pemex Gas y Petroquímica Básica arrojó una utilidad después de impuestos por 4,900 millones de pesos, 152% superior a la de 2006.

Por su parte Pemex Exploración y Producción generó utilidades después de impuestos por 19,700 millones de pesos, que contribuyeron a paliar las pérdidas de otros organismos.

Durante 2007 continuaron los actos vandálicos contra instalaciones de Pemex, sobre todo tomas clandestinas. Seguimos apelando a las comunidades y a los gobiernos estatales y municipales para que nos ayuden a combatir estos actos vandálicos, contrarios a la ley y que atentan contra el patrimonio de Petróleos Mexicanos.

En julio y septiembre del año pasado Pemex fue víctima de varios actos de sabotaje contra diversos ductos, lo que implicó pérdidas para la empresa y daños muy cuantiosos para la economía nacional, que lamentablemente se vio afectada por desabasto durante varios días, que pudo haber sido mayor de no ser por la pronta y decidida respuesta de los trabajadores de Pemex.
Situación operativa

Desde hace una década Petróleos Mexicanos opera con márgenes cada vez más estrechos: no se ha edificado una refinería desde 1979; en Refinación y Petroquímica la capacidad de almacenamiento limita cada vez más su operación eficiente; en general, la infraestructura de ductos se ha expandido con gran lentitud.

Se han acumulado rezagos de mantenimiento, que se estima requieren más de 30 mil millones de pesos y cuando menos tres años para remontarlos. En algunas plazas la autonomía de las terminales de abastecimiento y reparto (TAR's) es inferior a la mínima recomendable. La flota para transporte de cabotaje de petrolíferos, en especial en el Océano Pacífico, está muy mermada; la flotilla de las pipas para transporte terrestre tiene una edad promedio de más de 10 años, por lo que requiere su renovación acelerada. Menos del 10% de los ductos de Pemex tienen sistemas automatizados tipo Scada permiten anticipar problemas y, en su caso, responder con oportunidad a incidentes y siniestros, a fin de evitar un mayor daño a la operación, las comunidades y el medio ambiente. La incursión en aguas profundas es incipiente y tardía, lo que representa una de las mayores debilidades para garantizar el futuro del suministro de la producción de hidrocarburos en el país.

La formación de cuadros profesionales de primer nivel para la visualización y conceptualización de nuevos proyectos de inversión es insuficiente. La capacidad de Pemex para absorber conocimiento, adaptar y asimilar nuevas tecnologías es limitada. El Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), brazo tecnológico de Pemex, ha perdido influencia, y sus aportaciones para la operación cotidiana han disminuido.

Junto con otras causas, lo anterior explica el estancamiento de la producción de hidrocarburos desde 2004 y de petrolíferos desde 1992, así como las pérdidas de Pemex Refinación y Pemex Petroquímica, y las restricciones para la expansión de Pemex Gas y Petroquímica Básica.

Una de las causas de estos estrechos márgenes operativos se encuentra en los múltiples y complejos procedimientos que tiene que seguir la empresa para poder realizar las operaciones más comunes y sencillas. Los trámites para concretar adquisiciones; contratar obra pública o servicios; administrar la ejecución de proyectos; contar con un presupuesto adecuado y oportuno; así como para proponer proyectos sólidos, bien sustentados y a tiempo para su aprobación, son múltiples y tortuosos, lo que provoca desmotivación de muchos de sus trabajadores y directivos, y una administración más inercial que por objetivos.

Desde diciembre de 2006 Petróleos Mexicanos intensificó sus acciones en todos esos frentes, buscando soluciones expeditas. Por ejemplo, se pusieron en marcha 15 iniciativas estratégicas, que abarcan desde un sistema para conceptualizar y ejecutar mejor los proyectos, hasta la renovación de la flota petrolera y de la flotilla de autotanques. Siguiendo directrices del Gobierno Federal, Pemex anunció el proyecto Etileno XXI, que permitirá abastecer un volumen sustancial de etano y de gasolinas naturales a la industria petroquímica nacional durante 15 años, para que amplíe sustancialmente la producción de etileno y de los múltiples productos que de éste se derivan. También, con la conducción de la Secretaria de Energía, Georgina Kessel, y con el apoyo de la Secretaría de la Función Pública, se estableció el Comité de Auditoria Independiente. Durante este año ha quedado claro que es posible avanzar. De seguir contando con la entusiasta colaboración de los trabajadores y directivos hay esperanza. Sin embargo, también ha quedado claro que el trabajo interno no es suficiente. Es demasiado lo que debe remontarse en materia del marco legal y regulatorio, así como de las múltiples trabas normativas y burocráticas que enfrenta Pemex. Los alcances de la transformación interna están limitados por el marco institucional vigente.

Retos y desafíos

Por todo lo anterior, Petróleos Mexicanos enfrenta retos fundamentales que es urgente resolver para hacer viable su modernización. Esos desafíos abarcan lo siguiente:

Promover un marco regulatorio para Pemex, que le otorgue flexibilidad en aspectos fundamentales de su gestión, sin afectar la rectoría del Estado en materia de hidrocarburos. Los aspectos a considerar son eliminar la intervención de instancias ajenas en decisiones propiamente técnicas y de empresa; las modalidades y procedimientos de contratación de inversiones, bienes y servicios conexos, y, la integración y ejercicio del presupuesto. Para una empresa en la cual dos terceras partes del gasto total es inversión, y de ésta la mayoría es en instalaciones de proceso específicas para la industria petrolera, un ejercicio ágil de la contratación de ingenierías, procura y construcción de proyectos es indispensable.

Alentar una mejora sustancial del gobierno corporativo de Pemex, en congruencia con una mayor autonomía de gestión, que mejore la transparencia y la rendición de cuentas, sin afectar su naturaleza de empresa de propiedad y control estatal. Las acciones deberían orientarse a fortalecer su Consejo de Administración, para que sea ahí donde se concreten las decisiones fundamentales del organismo. Esto debería complementarse con medidas que permitan una fiscalización y control más efectivos de Pemex desde Pemex, que mejoren la transparencia y la rendición de cuentas de la empresa.

Pugnar por un nuevo modelo de control y fiscalización, que no debilite sino que fortalezca la efectividad de las tareas contra la corrupción. Este modelo debería estar enfocado hacia los resultados, en vez de hacia los procesos, no inhibir la toma de decisiones, dar prioridad a medidas preventivas, sancionar a los culpables de ilícitos graves, y no ser excesivamente riguroso con funcionarios y empleados que cometan faltas administrativas menores.

Procurar que se permita que Petróleos Mexicanos pueda hacerse acompañar de otras empresas al desarrollar diversas actividades propias de su giro, sin afectar la propiedad de la Nación sobre sus recursos, la soberanía energética, o la rectoría del Estado sobre el sector. No es razonable ni eficiente que el marco institucional exija que Petróleos Mexicanos realice solo, por sí mismo, prácticamente todas sus operaciones críticas (exploración y producción de hidrocarburos, refinación, procesamiento de gas, transporte, almacenamiento, y distribución de petrolíferos), sin flexibilidad para apoyarse en otras empresas, nacionales o extranjeras. Se trata de un régimen jurídico que limita cada vez más la capacidad de ejecución de Pemex y afecta una operación eficiente. Ninguna empresa petrolera tiene una prohibición tan amplia y tajante como la de Pemex, para desarrollar conjuntamente con otras empresas proyectos propios de sus operaciones críticas en el territorio nacional. Este impedimento es particularmente costoso en refinación y aguas profundas.

Promover que se aplique a Pemex un régimen tributario y presupuestario en línea con las mejores prácticas internacionales, predecible, cierto y estable, que le permita conservar más recursos propios, pero a un ritmo y por montos que no pongan en riesgo el equilibrio de las finanzas del Gobierno Federal. Esto permitiría dar sustento multianual a la operación cotidiana de Pemex, al mantenimiento y a la confiabilidad operativa, así como a un programa de inversión consistente con su plan de negocios y menos apalancado. Además se requiere actualizar de nuevo el esquema tributario que se aplica a Pemex, a fin de que pueda desarrollar con éxito proyectos de mayor costo, como aquellos en campos abandonados, Chicontepec, aguas profundas y yacimientos transfronterizos.

Procurar que se de una mayor vigilancia del desempeño de Pemex por parte del mercado de valores, sin colocar acciones, parte de su capital o conceder derechos corporativos. Esto buscaría impulsar una mejora continua de la revelación y divulgación de información, en beneficio del público inversionista en títulos de Pemex, de la ciudadanía y del organismo.
Pemex tiene la esperanza de que esos desafíos de su entorno institucional puedan resolverse en el futuro inmediato pues, junto con las medidas internas, le permitirían cumplir cabalmente con lo que los mexicanos esperan de la empresa y recuperar una posición de liderazgo internacional en el sector de hidrocarburos. En ese caso, el compromiso de Petróleos Mexicanos, de trabajadores y directivos, sería restituir reservas, mantener la producción, cerrar brechas operativas, eliminar pérdidas en refinación y petroquímica, conceptualizar y ejecutar de manera eficaz nuevos proyectos de inversión, mejorar el aprovechamiento de los recursos humanos, la seguridad industrial y el desempeño ambiental, hasta alcanzar las mejores prácticas internacionales.

Señor Presidente;

Compañeros petroleros:

Esos son los principales retos institucionales que Petróleos Mexicanos enfrenta para estar en condiciones de tener éxito durante su futuro inmediato. La necesidad y urgencia de resolverlos sólo queda en evidencia cuando se parte de reconocer al Pemex de hoy, no desde una perspectiva romántica, que ingenua o maliciosamente soslaye o niegue la problemática operativa y financiera que enfrenta Petróleos Mexicanos. Se requiere encontrar la solución mexicana para la problemática actual de la empresa petrolera nacional. La esperanza esta ahí. Cárdenas lo logró en 1938 y Calderón lo logrará en 2008.

Desde su campaña, el Presidente Felipe Calderón planteó a la opinión pública su visión de un Pemex para un México ganador, cuyas características compartió con los mexicanos. Para concretar ese anhelo común se requiere fortalecer a Petróleos Mexicanos. Lo peor que podría suceder es dejar al organismo como está. Por eso para Pemex superar estos retos no es un asunto adjetivo o secundario, sino crítico y esencial para la continuidad de su operación, su supervivencia y su viabilidad en el mediano plazo.

El país no puede seguir perdiendo oportunidades a costa de las generaciones presentes y futuras. Los trabajadores petroleros, todos aquí reunidos, nos encargaremos de ello.

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