26 de febrero de 2008

¿TIENE RECURSOS PEMEX PARA SU "MODERNIZACION"?

El seguimiento que hace "La Jornada" a un prospecto de las calificadoras de deuda pública en las Bolsas Americanas reproduce información financiera "oficial" que muestra la fortaleza de Pemex, suficiente como para emprender sus propio desarrollo, si la dejan, claro.

México SA

Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mxcfv@prodigy.net.mx

Pemex, por demás rentable, según cifras que maneja EU

Ni un pelo se mueve contra la corrupción

Otrora manejado como top secret por el gobierno federal, poco a poco se retiraron los “candados informativos” que para los mortales impedían conocer el costo promedio que a los mexicanos significa la extracción de un barril de petróleo crudo equivalente. Si bien ese dato no aparece en todos los documentos elaborados por Petróleos Mexicanos, sí se registra en unos cuantos de ellos, aunque si lo que el preguntón busca es exactitud, lo mejor es recurrir al detallado reporte que sobre sus finanzas envía la paraestatal, anual y puntualmente, a la Securities and Exchange Commision (SEC) del gobierno estadunidense.

Lo anterior no sólo permite a los mortales conocer el monto preciso de tal extracción, sino compararlo con las apocalípticas versiones que por estos días circulan en torno a que para las finanzas nacionales comienza a “no ser costeable” tal actividad, por lo que urge la presencia del capital privado, de preferencia extranjero, si no es mucha la molestia.

De hecho, el informe que Pemex envía a la SEC es más preciso que el aportado por la propia paraestatal en otro tipo de publicaciones para el consumo interno. Así, por ejemplo, en su anuario 2005 la empresa mexicana dice que el referido costo de extracción fue, ese año, de 4.29 dólares por barril, pero al organismo del gobierno estadunidense le asegura que en realidad fue de 4.24 centavos, dirían algunos, pero multiplicados por 365 días y millones de barriles, esos centavos permitirían amasar una fortuna por demás respetable (algo así como 25.5 millones de dólares en el periodo).

El hecho es que para México el costo de extracción del barril de petróleo crudo equivalente comparado con el precio de venta en los mercados internacionales siempre será un buen negocio, especialmente ahora con los niveles históricos que reporta.

Dada su creciente “colocación” (léase endeudamiento) de certificados bursátiles en los mercados internacionales, principalmente el estadunidense, Petróleos Mexicanos debe cubrir el requisito de la SEC de informarle detalladamente sobre el estado de sus finanzas, y todo lo que ello implica, y es así que lo que para los mexicanos durante muchos años se mantuvo bajo 50 candados, en Wall Street y otras selectas partes financieras y políticas foráneas de siempre ha sido información corriente y actualizada.

Así, con la información de la SEC se puede puntualizar que el costo promedio de extracción registró un incremento de 73.53 por ciento de 1998 a 2006, un balance que para algunos jilgueros pro privatización resulta más que contundente para “confirmar” que tal actividad comienza a “no ser costeable” para el erario y de allí la “urgencia” de que el capital privado fluya por los ductos petroleros aún nacionales.

Pues bien, a ese dato que algunos consideran terrorífico hay que sumar la contraparte, esto es, el precio promedio de venta del barril mexicano de exportación en igual periodo: de 1998 a 2006, este indicador reportó un incremento cercano a 400 por ciento, al pasar de 10.77 a 53.04 dólares, o lo que es lo mismo un avance casi 5.5 veces superior al que en igual lapso observó el costo promedio de extracción.

Si en 1998 la diferencia favorable fue de 8.39 dólares por barril, en 2006 llegó a 48.91 dólares. Si este margen no es negocio y comienza a “no ser costeable” para el erario, entonces cuál sería el indicado para no necesitar con urgencia la salvadora llegada del capital privado. Si las condiciones no han cambiado y el costo promedio de extracción de mantiene en 4.13 dólares, entonces dicho margen habría crecido a 57.53 dólares en 2007 y a 75.47 dólares en 2008 (enero). Pero insisten en aquello de lo “no costeable” y que Pemex es una empresa “no rentable”.

Por ejemplo, el peor año del gobierno foxista en materia de precios petroleros internacionales fue 2001, cuando el barril mexicano de exportación promedió 18.57 dólares. Ese año el costo promedio de extracción por barril fue de 3.34 dólares, de tal suerte que el margen fue de 15.23 dólares, o lo que es igual 456 por ciento. Ese fue el peor (se entiende que en precios petroleros, porque en otras materias peor fue el sexenio completo).

A Ernesto Zedillo le tocó un año más complicado: 1998, con un precio promedio de la mezcla mexicana de 10.77 dólares (el más bajo en una década) y un costo de extracción de 2.21 dólares, es decir, un margen favorable de 387 por ciento. Cerró el sexenio con el barril a 24.62 dólares y el costo de extracción a 2.97 dólares, una diferencia de 729 por ciento.

En igual sentido, el gobierno de Vicente Fox comenzó mal (en precios petroleros internacionales, desde luego, porque terminó peor en todo lo demás), pero en 2006 el barril mexicano promedió 53.04 dólares, con un costo de extracción de 4.13 dólares, un margen favorable de casi mil 100 por ciento.

A Felipe Calderón le ha ido de maravilla (insisto que en materia de precios petroleros internacionales). Si el costo de 4.13 dólares se ha mantenido y es oficial que el barril mexicano promedió 61.66 dólares en 2007, entonces el margen favorable sería de mil 300 por ciento, y en enero de 2008 de mil 830 por ciento, al promediar en enero 79.60 dólares el barril.

Como se puede observar (gracias a Pemex, pero especialmente a la SEC), Petróleos Mexicanos es una empresa por demás rentable y el negocio petrolero mexicano verdaderamente generoso y redituable, de tal suerte que no hay que confundirse: la caja registradora de la paraestatal no deja de tintinear y el oro negro aporta multimillonarias ganancias al Estado. Otra cosa, muy distinta, es la rapacidad de la Secretaría de Hacienda y la complacencia de los legisladores.

17 de febrero de 2008

¿REFORMA ENERGÉTICA? ..Por si las moscas

¿COMO HACER ENTENDER AL EJECUTIVO Y AL LEGISLATIVO?, !DEJEN DE DISTRAER AL PAÍS Y PÓNGANSE A TRABAJAR PARA LO QUE ESTÁN!

Los mexicanos (la gran mayoría excluída y subordinada al desarollo nacional, antes y ahora con recesión en los Estados Unidos) no queremos que NINGUNA actividad del sector energético mexicana pase a manos privadas por cualquier modo imaginable que estén proponiendo personajes políticos, partidos políticos ó intereses empresariales.

Esta nota del maestro Jiménez Espriú ilustra que FALTA VOLUNTAD POLITICA, CONFIANZA E IMAGINACIÓN para encabezar una gesta de innovación y trabajo con nuestra gente y capacidades, AHORA, YÁ SIN DEMORA. El mejor impulso que puede recibir el anhelado bienestar de las familias mexicanas es activando las potencialidades de nuestro mercado interno y el empleo ó acaso ¿no se pretende compartir el negocio con otros?.



LA REFORMA ENERGÉTICA
Javier Jiménez Espriú *
La Jornada. Domingo 17 de Febrero.

Una vez más, fieles a las antiguas formas que los gobiernos del cambio han acogido con pasión, nuestros funcionarios públicos, encabezados por el propio Presidente, “aprovechan el viaje” y desde el extranjero mandan los mensajes que por algún complejo poco estudiado, no se atreven a hacer en su propio país.

Al final de la para nadie entendida gira por Estados Unidos –poco entendida a lo mejor porque desconocemos los términos de la comparecencia de nuestro titular del Ejecutivo ante “el jefe” David Rockefeller–, el presidente Calderón se animó a hablar de la reforma energética y de su patriótico afán por fortalecer a Petróleos Mexicanos (Pemex).

Habló antes del diagnóstico que hace unos días mandó hacer sobre la industria, de las tres opciones para reformar Pemex, que, aseveró: “tiene que seguir y seguirá siendo del gobierno y de los mexicanos, exclusivamente”.

La primera opción, según dijo, es quedarnos como estamos; la segunda es que pueda destinarse más recursos a Pemex, cosa que ya se hizo con la reforma fiscal, recursos que fueron insuficientes –¿ésta segunda no es como estamos ya?, ¿cuál es la diferencia con la primera?; y la tercera es ver qué han hecho otras empresas públicas en el mundo –¿no se ha hecho?

Esta luminosa declaración fue complementada, también en el extranjero desde luego, por la señora secretaria de Energía, que con aplomo indicó que la iniciativa de reforma estará en marzo –¿el diagnóstico estará antes o después?–, que llegará “planchada”, esto es “cocinada en lo oscurito”, agrego yo, y que contendrá los elementos necesarios para que Pemex “pueda tener la flexibilidad para poderse asociar como lo hacen todas las empresas del mundo para poder incurrir en exploración y producción en áreas que son de alta dificultad, como en el caso de las aguas profundas” –eso dicen que dijo.

Ante esto, repito lo que llevo diciendo desde hace nueve años ante los amagos de reformas cuyas propuestas, siempre nebulosas y timoratas, lo único que logran es hacer perder un tiempo valiosísimo.

Con plena convicción, considero que el planteamiento es insuficiente en el análisis económico, discutible desde el punto de vista técnico, ignorante de contenido histórico y ayuno de sensibilidad política.

La propuesta que lleva a la apertura de Pemex para la participación de la inversión privada, tanto nacional como extranjera –y desde luego más extranjera que nacional–, parte de premisas que en la falsedad y la superficialidad de los argumentos de la Secretaría de Energía dan la impresión de provenir de un procedimiento contrario a la lógica de atención a cualquier problema.

Es decir, en este caso parece haberse partido de la decisión de privatizar el sector, y luego de acomodar argumentos, premisas y diagnóstico para sustentar la solución decidida, olvidando además ofrecer, cuando menos como ejemplo de ejercicio académico, la evaluación de diversas opciones.

No es explicable, de otra manera, el ejemplificar los éxitos de otros casos en el mundo, con condiciones técnicas, políticas y económicas muy distintas a las de México y su sector energético, como apoyo fundamental de la propuesta, y se tome como premisa inamovible el destino de los recursos petroleros a gastos corrientes, sin permitirle la inversión que requiere y para la que es ampliamente solvente o el que se plantee la falsa disyuntiva sobre la imposibilidad de acceder a la tecnología necesaria sin compartir la riqueza petrolera.

No es explicable, tampoco, que para el estudio del caso mexicano no se haya recurrido a los técnicos y profesionales mexicanos que durante más de 50 años han diseñado, construido, operado y mantenido el sector, con reconocimiento general de capacidad, creatividad, entrega y eficiencia. Que al talento que al respecto existe, se le margine porque su presencia va contra los intereses del poder.

No es explicable, igualmente, que no se haya consultado a los cuerpos colegiados que las leyes mexicanas establecen como cuerpos consultivos del poder público.

No es explicable, entre otras muchas cuestiones sin explicación, que seamos tan sumisos a las disposiciones de los organismos internacionales y tan desleales a las causas fundamentales de la patria.

*Premio Nacional de Ingeniería Mecánica y Eléctrica; miembro honorario de la Academia de Ingeniería; ex director de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, y ex subdirector comercial de Petróleos Mexicanos.

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