Discurso en la Ceremonia Conmemorativa del 70 Aniversario de la Expropiación Petrolera. Paraiso, Tabasco.
Martes, 18 de Marzo Gracias, muchísimas gracias amigas y amigos petroleros.
Estimado químico Andrés Granier Melo, Gobernador del Estado de Tabasco.
Señor diputado José del Carmen Escayola Camacho, Representante del Congreso del Estado.
Señor Magistrado José Martín Félix García, representante del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Señor Carlos Romero Deschamps, Secretario General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, gracias por sus palabras.
Apreciadas, apreciados legisladores estatales y federales, diputadas, diputados, senadores, muchísimas gracias por su presencia.
Señor licenciado Francisco Santo Magaña, Presidente Municipal de Paraíso.
Muy estimadas, muy estimados, trabajadoras, trabajadores de Petróleos Mexicanos.
Un día como hoy, hace 70 años, México dio una lección de valentía, de orgullo, de dignidad, de carácter al mundo entero. En pleno ejercicio de nuestra soberanía, el 18 de marzo de 1938, una generación de mexicanos tomó una decisión que transformó al país.
Ante la negativa de las compañías extranjeras a cumplir una resolución de la Suprema Corte de Justicia en favor de los trabajadores, el Presidente Lázaro Cárdenas decretó la expropiación de la industria petrolera.
Desde Tabasco, que es baluarte de nuestra riqueza petrolera y de nuestra historia, hoy rendimos homenaje al liderazgo, al patriotismo y a la visión de futuro del Presidente, el General Lázaro Cárdenas.
Él supo defender el interés superior de la Nación al encabezar, con el apoyo de mujeres y hombres en todo el país, el rescate de este recurso fundamental para los mexicanos.
Todavía están vivas en la memoria popular las palabras que dirigió por radio nacional: Pido a la Nación entera un respaldo moral y material suficiente para llevar a cabo una resolución tan justificada, tan trascendente y tan indispensable.
Y el pueblo de México se movilizó en su apoyo para hacer suyo lo que le pertenece por historia y por derecho.
Hoy, como hace siete décadas, el petróleo es patrimonio de todos los mexicanos, símbolo de nuestra soberanía y emblema de nuestro nacionalismo.
Hoy, como ayer, el petróleo es un insumo estratégico para el desarrollo nacional.
Por eso, en este aniversario tan especial, refrendo ante ustedes que hoy, como hace siete décadas, el petróleo es y seguirá siendo de todos los mexicanos.
Seguiremos ejerciendo plena soberanía sobre nuestros hidrocarburos, así lo quiere el pueblo de México, así lo manda nuestra Constitución y así lo asume plenamente mi Gobierno.
Petróleos Mexicanos no se privatizará.
La historia moderna del país no se explica sin el petróleo en manos de los mexicanos; todos reconocemos el papel estratégico que ha tenido y tiene en el desarrollo nacional, el cual tampoco se hubiera entendido sin el petróleo mexicano.
Este recurso nos dotó de una poderosa palanca para el avance económico y social de la Patria. México cuenta hoy con una gran empresa y con una sólida tradición en la historia petrolera mundial; los ingresos que vienen del petróleo representan casi el 40 por ciento de los ingresos presupuestales totales del país.
Eso ha permitido invertir en escuelas, hospitales, clínicas, carreteras, presas, centrales eléctricas, redes de agua potable, drenaje y electrificación. Ello ha permitido sostener no sólo al Gobierno Federal, sino también es parte medular de los ingresos de los gobiernos estatales y municipales del país.
Desde su surgimiento, Petróleos Mexicanos ha sido una industria generadora de otras industrias. Con vocación de servicio, esta empresa ha sido fundamental para el crecimiento de la planta productiva del país y para el bienestar de las familias mexicanas al ser una de las fuentes de empleo de México.
Detrás de estos logros está la creatividad y el compromiso de los trabajadores petroleros que a lo largo de estos 70 años han sido el motor fundamental de Petróleos Mexicanos.
Nuestra memoria perenne y nuestra gratitud siempre a quienes han ofrendado hasta la vida por esta empresa nacional.
Expreso también mi más sincero reconocimiento a los obreros, a los técnicos, a los ingenieros, mujeres y hombres aquí presentes, y a todos, a todas y todos los que laboran a lo largo y a lo ancho del país, porque se han esforzado para elevar la competitividad y la rentabilidad de esta empresa orgullosamente mexicana.
Reconozco, también la responsabilidad en la defensa de sus agremiados, la responsabilidad con la empresa y con el país, con la cual se ha conducido el sindicato, su dirigencia y su líder Carlos Romero Deschamps.
Como ya se ha dicho aquí, amigas y amigos, hoy, a 70 años de su fundación, Petróleos Mexicanos y el país enfrentan grandes retos.
Las reservas probadas alcanzan para sostener un poco más de nueve años de petróleo al ritmo de producción que tenemos en la actualidad, y siguen disminuyendo dado que nuestra tasa de restitución de reservas de hidrocarburos, que ha mejorado, alcanzó poco más del 50 por ciento.
Nuestra producción de petróleo disminuyó en 300 mil barriles diarios entre 2004 y 2007, y seguirá disminuyendo, dado que nuestros principales yacimientos, y fundamentalmente Cantarell, que llegó a proveer el 62 por ciento del petróleo nacional, está en franca declinación.
Actualmente, cuatro de cada 10 litros de gasolina utilizados en México son importados y se compran en el extranjero a un precio más alto del que se vende aquí a la población nacional, lo cual nos coloca en una grave posición de dependencia con el exterior y no abona ni a nuestra soberanía ni a nuestra seguridad energética.
Estos datos son reflejo de una situación que es imperante cambiar.
Es momento de realizar acciones para seguir transformando a México.
Es tiempo de aprovechar las oportunidades que tenemos frente a nosotros y, al igual que hace 70 años, tomar las decisiones que nos permitan fortalecer a Petróleos Mexicanos y a México.
Los mexicanos queremos un PEMEX fuerte, porque es parte de nuestra historia y porque es fundamental para conducir a México al futuro.
Para avanzar debemos realizar las acciones necesarias para retomar el lugar que nos corresponde como potencia petrolera en el mundo.
Ello implica fortalecer nuestra infraestructura y la capacidad de producción de petrolíferos y combustibles, que hoy es insuficiente para atender la creciente demanda de diversos sectores productivos.
Es necesario que PEMEX ofrezca una mayor provisión, más segura y más eficiente, de insumos energéticos. Esto es indispensable para elevar la productividad y la competitividad de nuestra economía y generar más empleos y mayores ingresos para todas las familias de México.
También exige necesariamente incrementar, y de manera acelerada, nuestras reservas de hidrocarburos, de petróleo y gas, aprovechar hasta la última gota de los recursos que aún tenemos en tierra firme y en aguas someras.
Y, desde luego, ir por el gas y el petróleo que nos pertenecen y que se encuentran más allá de la plataforma continental, en aguas profundas, tal y como lo están haciendo ya otros países.
Por ello, es imperativo fortalecer a Petróleos Mexicanos y mi Gobierno está actuando ya en varios frentes con ese fin.
En primer lugar, en el marco del Programa Nacional de Infraestructura, los sectores público y privado invertiremos más de 500 mil millones de pesos este año para construir las grandes obras que el país necesita, dando especial impulso a proyectos del sector energético.
Tan sólo la inversión impulsada en PEMEX para este año será de 218 mil millones de pesos, 35 por ciento más que el año anterior, 2007.
En Segundo lugar, como ya ha dicho aquí su director, hemos puesto en marcha un esquema que permitirá, finalmente, la reactivación de nuestra industria petroquímica, vamos a asegurar el suministro de materia prima para la petroquímica nacional a precios competitivos, poniendo las condiciones para el desarrollo de una planta que producirá un millón de toneladas de derivados de etileno.
Con ello estaremos en mejores condiciones para atender la demanda de insumos petroquímicos en el país y podremos reducir las importaciones.
En tercer lugar. Queremos un PEMEX más seguro y más eficiente. Hace algunos días presenté a los mexicanos el Programa de Apoyo a la Economía, que como su nombre lo indica, es un programa especial que busca impulsar el crecimiento económico del país, aún a pesar de las condiciones internacionales adversas.
Hoy, ante ustedes trabajadores petroleros, en cumplimiento de uno de los puntos del Programa de Apoyo a la Economía, ratifico que mi Gobierno aumentará en 10 mil millones de pesos, adicionales a lo que ya tenía presupuestado PEMEX, para el mantenimiento y adecuación de los ductos este mismo año.
En cuarto lugar, y como ya lo he señalado, México registra una creciente y peligrosa dependencia del exterior en materia de petrolíferos.
Siendo un país petrolero, importamos 40 por ciento de nuestras gasolinas y las que producimos no alcanzan a cubrir los nuevos estándares nacionales e internacionales en materia ambiental, que tenemos que cumplir, no sólo porque así lo dice la norma, sino porque así lo demanda la salud de millones de mexicanas y de mexicanos, y de nuestros hijos.
Es urgente tomar acciones para reducir esta creciente dependencia. Es por ello, que en este momento giro instrucciones a la Secretaria de Energía y al Director General de Petróleos Mexicanos para que, sin dilación, inicien los estudios y analicen la factibilidad técnica, financiera y logística que nos permita construir una nueva refinería en el territorio nacional.
Una nueva refinería en el territorio nacional, con el fin de disminuir nuestra dependencia energética del exterior. Iniciar los trabajos que nos permitan contar en el futuro cercano con esta nueva refinería, es una buena manera de celebrar el 70 Aniversario de la Expropiación Petrolera.
Lograrla requerirá, como muchos otros desafíos de PEMEX, que cada quien ponga su parte:
El Gobierno, la administración, el sindicato, los trabajadores, para lograr las mejores condiciones económicas, técnicas, financieras, laborales y ambientales, que nos permitan aumentar la capacidad de refinación de PEMEX con esta nueva instalación.
El lograr este conjunto de condiciones, definirá el tamaño y el alcance de este nuevo proyecto.
En este, amigas y amigos, en este como en otros retos, es clave fortalecer a PEMEX y dotarla de mayor capacidad de decisión y recursos.
Es, además, indispensable darle un mayor margen de maniobra para contratar, diseñar y utilizar de manera rentable y eficiente tecnología de punta, y multiplicar su capacidad operativa. Sólo así podrá cumplir con su misión de aprovechar nuestra riqueza petrolera en beneficio de todos los mexicanos.
Sin dejar de reconocer que falta aún mucho por hacer, estamos dando pasos firmes para competir en una industria petrolera mundial que ha incrementado su productividad; que está en el punto histórico más alto del precio de sus productos, y que desde hace muchos, muchos años está realizando fuertes inversiones donde no ha llegado aún México para extraer riqueza petrolera en aguas profundas.
México tiene que hacer frente y hacer frente con éxito a esa fuerte competencia, con acciones decididas que le permitan aumentar la reserva de hidrocarburos, optimizar la plataforma de producción y mejorar la calidad de los productos.
También es necesario fortalecer la estructura financiera y operativa de la empresa.
En suma, es tiempo de tomar las decisiones correctas. Debemos darle a PEMEX facultades y alternativas que le permitan aprovechar al máximo su enorme potencial, y sé que para lograrlo México cuenta con el apoyo de los trabajadores de Petróleos Mexicanos.
El reto de los mexicanos es transformar a PEMEX para que sea una empresa cada vez más eficiente, más fuerte, menos dependiente de las importaciones del exterior, una empresa en crecimiento y, a la vez, una empresa cada vez más rentable para todos los mexicanos.
Necesitamos transformar a PEMEX para que siga siendo pilar del desarrollo y pieza clave para atender las necesidades más apremiantes de la población.
Por eso digo que transformar a PEMEX es fortalecer a México.
Primero. Debemos transformar a PEMEX para que cuente con un marco operativo y de gestión con mayores facultades de decisión y contratación.
Un PEMEX que al mismo tiempo de tener mayor autonomía, sea también más responsable y transparente en su toma de decisiones.
Segundo. Transformar a PEMEX en una empresa que tenga la libertad suficiente en la toma de decisiones para que pueda utilizar mejor sus recursos y contratar, en las condiciones que más le convenga, a los mejores en su especialidad.
Tenemos la mirada puesta en un PEMEX capaz de acceder a la tecnología de vanguardia en el mundo y mejorar, yo diría multiplicar, su capacidad operativa y de ejecución.
Tercero. Necesitamos transformar a PEMEX para que hoy, más que nunca, sea una empresa de todos los mexicanos.
Una empresa que provea información con absoluta transparencia, que rinda cuentas de manera cabal y que genere la mayor renta posible en beneficio de sus verdaderos dueños, que somos todos los mexicanos, sin excepción.
Debemos impulsar un nuevo modelo de control y fiscalización que erradique eficazmente la corrupción, pero que no obstaculice el trabajo y que se enfoque hacia los resultados.
Cuarto. Un PEMEX que pueda contar con el soporte técnico y operativo de empresas especializadas, que le permitan superar su rezago tecnológico y multiplicar su capacidad financiera y de ejecución; su capacidad operativa y tecnológica, a fin de que en pocos años PEMEX vuelva a ser una de las cinco compañías petroleras más importantes del mundo. Exploremos alternativas, sin afectar la propiedad de la Nación sobre sus recursos ni la soberanía energética ni la rectoría del Estado en esta y otras materias.
Quinto. Una empresa que asegure la producción de petróleo y gas, no sólo para los próximos años, sino para las próximas décadas; que sea capaz de detectar, de incorporar, de explotar las enormes riquezas existentes, en donde hasta ahora no le ha sido posible acceder por sí sola, como es el caso del Golfo profundo.
Sexto. Una empresa que elimine nuestra dependencia de importaciones del exterior en petrolíferos, petroquímicos y gas natural, dependencia que esa sí es la verdadera amenaza a la soberanía, y en suma, que sea capaz de seguir proveyendo bienestar y desarrollo para todos los mexicanos.
Un PEMEX que mejore su eficiencia y la lleve a los mejores estándares internacionales, y que al mismo tiempo, esté en condiciones de fondear y hacer frente, no sólo a su obligación con los trabajadores de Dos Bocas, relativo a este hospital, sino a hacer frente y cumplir todas sus obligaciones financieras y laborales, sin menoscabo de los derechos de los trabajadores.
Un PEMEX que sea capaz de sostener el crecimiento y el desarrollo de un México moderno, fuerte, competitivo, un México ganador, un México justo, libre, democrático, seguro y limpio, el México que anhelamos para nuestros hijos en este Siglo XXI.
Sé que podemos hacerlo, sé que con el apoyo de ustedes lo vamos a lograr.
Señoras y señores:
Hace 70 años, los mexicanos dimos un paso histórico para reafirmar la soberanía, la independencia y la libertad de nuestra gran Nación. Hoy, nuestra generación tiene la responsabilidad de honrar este legado, al convertir a México en un país más justo y generoso.
Nuestra generación tiene la posibilidad única, tal vez irrepetible, de transformar a México en la Nación que queremos. La pregunta que hoy debemos plantearnos no es si nuestro petróleo seguirá siendo nuestro o no. Lo he dicho y lo reitero: el petróleo es y seguirá siendo de los mexicanos.
La pregunta relevante que debemos plantearnos es cómo vamos a aprovechar mejor nuestros recursos petroleros para llevar a México a un futuro de prosperidad y de progreso.
Cómo queremos celebrar el 18 de marzo dentro de cinco años, cómo queremos celebrarlo dentro de 30, cuando se celebren 100 años de la expropiación petrolera.
Cómo recordarán los mexicanos del mañana a nuestra generación; cómo estará PEMEX, de seguir como vamos, a un siglo de haber sido creado, y cómo puede estar si tomamos ahora las decisiones que debemos de tomar.
Seremos acaso recordados como la generación que no pudo, o no supo, o no quiso actuar en el momento que le correspondía. Seremos recordados como la generación que fue incapaz de superar sus diferencias, como la generación que no supo encontrar el camino y se perdió en la división, en el encono, en la violencia o en el miedo.
Yo estoy convencido, amigas y amigos, que no será así.
Podemos y debemos lograr que esta sea recordada como la generación que enfrentó los retos que tenía México; que se unió para superarlos; que tuvo la visión y el coraje para defender realmente la soberanía de la Nación, al hacerla más fuerte, más moderna, más próspera y más desarrollada.
Por eso hago, desde aquí, un llamado a todas las mexicanas y a todos los mexicanos para que dialoguemos de manera abierta, objetiva y serena sobre las alternativas para fortalecer, y fortalecer de veras, a nuestra industria petrolera, y con ello fortalecer a México.
El petróleo es y será siempre nuestro.
Usemos esta riqueza que pertenece a nuestros hijos con visión y con responsabilidad, y demos juntos los pasos necesarios para construir un México más próspero y más justo, un país generoso, a la altura de nuestros anhelos y a la altura de nuestra dignidad.
Feliz aniversario a todos ustedes y enhorabuena.
¡Qué Viva Petróleos Mexicanos¡
¡Qué Viva México¡