En el año 2008, el petróleo debe volver a unir a los mexicanos.
Discurso de la Dra. Georgina Kessel Martínez, secretaria de Energía, durante la Ceremonia Conmemorativa del 70 Aniversario de la Expropiación Petrolera, en la terminal marítima “Dos Bocas”, municipio de Paraíso, Tabasco.
18 de marzo de 2008.
Lic. Felipe Calderón Hinojosa
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
Señor Gobernador del Estado de Tabasco
Andrés Granier
Compañeros del Gabinete Legal y Ampliado, en particular, Jesús Reyes Heroles, director general de Petróleos Mexicanos
Carlos Romero Deschamps
Secretario General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana
Señores legisladores
Trabajadoras y trabajadores petroleros
Señoras y señores:
La energía y los hidrocarburos constituyen una parte esencial y estratégica de nuestra Nación.
México requiere cambios, México necesita una industria petrolera fortalecida. Que contribuya a un mayor desarrollo y bienestar. Que contribuya a hacer de nuestro país una nación más libre, más solidaria, más fuerte y más generosa.
Que nos ayude a continuar generando las oportunidades que todos los mexicanos merecemos y particularmente para aquellos que menos tienen.
Todos conocemos la historia de la expropiación petrolera de 1938 que tuvo como resultado la construcción de una institución como PEMEX que es, sin duda, un orgullo para todos los mexicanos.
Todos los que estamos aquí fuimos educados en el valor nacionalista de nuestra propiedad sobre los hidrocarburos y los recursos de nuestro país.
El petróleo es, constitucional y culturalmente, de todos los mexicanos.
Los mexicanos tenemos que hablar con la verdad sobre la situación que enfrentamos actualmente. Es verdad que PEMEX necesita tecnología. Es verdad que la producción de nuestro principal yacimiento, Cantarell, se está reduciendo, y que ahora necesitamos extraer el petróleo de yacimientos más complejos. Es verdad, que a pesar de que contamos con el personal y técnicos del más alto nivel, requerimos más experiencia y nueva tecnología para hacerlo.
Queremos hoy, tal y como lo quería el General Lázaro Cárdenas del Río en 1938, una industria petrolera líder, que sea capaz de sacar los recursos del subsuelo de nuestro país y convertir esa riqueza en posibilidades de crecimiento y en oportunidades y empleos para todos los mexicanos.
Para que nuestra empresa pueda desarrollarse en un entorno nuevo y complejo, es evidente e indiscutible que necesitamos cambios, necesitamos dotarla de nuevas herramientas para mejorar su capacidad de ejecución.
En este entorno debemos preservar la soberanía, la propiedad y el aprovechamiento de la renta petrolera que es y seguirá siendo de todos los mexicanos. No debe quedar ninguna duda: el petróleo es, ha sido y seguirá siendo siempre de los mexicanos.
Los datos objetivos, las cifras y los hechos nos advierten con claridad que experimentamos una importante caída en las reservas que a la larga puede traducirse en una reducción de la producción de hidrocarburos.
Hay que ser muy claros, en esto: Eso no significa que México ya no tenga petróleo. Significa que ya no lo podemos extraer de las zonas donde actualmente se sitúa nuestra mayor producción. Significa que necesitamos extraer nuestra riqueza de nuevos yacimientos, y que tenemos que hacer las cosas de manera diferente.
Para garantizar nuestra seguridad energética, será necesario, al mismo tiempo, aumentar la tasa de recuperación de Cantarell y de campos maduros, continuar la exploración y explotación de yacimientos en aguas someras y en tierra, particularmente en Chicontepec, e iniciar la actividad en aguas profundas. En pocas palabras, tenemos que aprovechar todo el potencial energético de nuestro país.
Tenemos recursos muy importantes en aguas profundas. Buena parte de los estudios técnicos muestran que tenemos una gran riqueza y que ésta se encuentra en el Golfo de México. Alcanzar esa riqueza requiere experiencia, tecnología, conocimientos y capacidad de ejecución que hoy, no tenemos.
México necesita dar un salto tecnológico para ir por ese petróleo. Necesitamos tomar las decisiones, en el año 2008, para dar el salto tecnológico en el menor tiempo posible.
Es tiempo de ir por nuestros recursos en donde quiera que se encuentren. Debemos ampliar el potencial de la exploración y explotación petrolera de nuestro país.
Los mexicanos de hoy debemos ser congruentes con la época en el que nos tocó vivir y desarrollarnos.
Tenemos un país con una clara vocación petrolera que necesita evolucionar. Asumimos el nuevo reto de explorar en aguas profundas como una gran oportunidad para revisar, de manera integral, nuestro sector energético y la producción de hidrocarburos.
El Gobierno del Presidente Calderón tiene una visión clara y de largo plazo del sector energético.
Aún cuando estamos decididos a aprovechar nuestro potencial en energías renovables, el proyecto petrolero de México, indica que seguiremos requiriendo de los hidrocarburos, al menos, en el próximo medio siglo.
Tenemos la oportunidad de responder al crecimiento de nuestro mercado y somos muy afortunados al contar, aún, con recursos clave que pueden generar el desarrollo definitivo de nuestro país.
No podemos perder el tiempo ni oportunidades. No sería responsable quitarle a México, a nuestros jóvenes y a las futuras generaciones, la seguridad energética que garantice su desarrollo.
Hoy tenemos que preguntarnos: ¿Cuál es nuestra visión de PEMEX? ¿Cómo queremos que nuestra empresa petrolera se desarrolle en el futuro?
En el Gobierno Federal, queremos una empresa rentable, altamente competitiva, productiva, con óptimo aprovechamiento de los recursos, con la mejor tecnología disponible, corporativamente moderna, transparente y con rendición de cuentas, segura y ambientalmente sustentable.
Queremos un PEMEX moderno y fuerte para el siglo XXI.
Queremos un PEMEX que renueve sus capacidades para seguir siendo, el orgullo de todos los mexicanos.
Que sin perder soberanía, sin perder la rectoría del Estado sobre los hidrocarburos, nuestra empresa sea capaz de evolucionar, de tener la agilidad y la capacidad de operar en un entorno global de mayor competencia.
Ese es el PEMEX que creemos posible y ese es el futuro al que le estamos apostando.
La determinación de fortalecer a PEMEX es una decisión de Estado, estratégica, de seguridad nacional, que merece un debate de altura, ideas de todos y la voluntad de conciliar.
Por eso el Presidente Calderón ha insistido en la necesidad de construir una visión común para encontrar soluciones a los retos que hoy enfrenta PEMEX.
Necesitamos construir una visión incluyente con la participación de todos los actores políticos y sociales.
El fortalecimiento de PEMEX constituye un gran reto pero también, una gran oportunidad de colaboración histórica entre los Poderes de la Unión.
Tenemos que trabajar con los académicos y con los expertos.
Tenemos que sumar el talento, la experiencia y la opinión de los trabajadores petroleros y de su sindicato.
Tenemos que trabajar con toda la sociedad, con todos los partidos políticos y con todos los legisladores.
Queremos escuchar y contar con todas las voces, que nadie se quede fuera. Que todos aporten para compartir un diagnóstico y una visión de los retos.
La discusión de estos retos y la capacidad de construir acuerdos es relevante no sólo para la modernización de México sino también para la construcción de la democracia que queremos todos los mexicanos.
Lo digo, porque en democracia el reto es ser capaces de integrar posiciones y construir decisiones colectivas.
En democracia, los temas se tratan y se discuten abiertamente, sin violencia y sin rupturas. Los temas se discuten con debate, con diálogo, con argumentos y con ideas.
Estoy convencida de que los mexicanos queremos contar con toda la información, queremos escuchar los argumentos, analizar las distintas posiciones y los diferentes escenarios.
Habrá mucho debate y estoy segura que, al final, se impondrán las mejores virtudes de la democracia: llegaremos a acuerdos, construiremos consensos y encontraremos, entre todos, la mejor solución a los retos de PEMEX.
Señor Presidente. Señoras y señores.
Este día, que celebra la visión que tuvo el Presidente Lázaro Cárdenas del Río hace setenta años, debe recordarnos que no hay retos inalcanzables si los mexicanos estamos unidos.
Que las ideas de hoy, serán las realidades de mañana.
Lo reitero, el petróleo fue en 1938 un signo de unidad de los mexicanos.
En el año 2008, el petróleo debe volver a unir a los mexicanos.
Muchas gracias
20 de marzo de 2008
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